La calidad del aire en los centros educativos
¿Cómo podemos mejorar la salud de nuestros hijos?
A continuación, hablamos de la importancia de una buena calidad de aire interior en escuelas, la normativa aplicable en este tipo de establecimientos y los estudios que demuestran la efectividad de los sistemas de ventilación mecánica controlada a la hora de proporcionar un aire sano libre de contaminantes.
En Aldes, queremos ayudar a mejorar la calidad del aire interior en las escuelas
Cada vez somos más conscientes de la importancia de proporcionar a nuestros hijos un espacio interior más sano y libre de contaminantes.
Los niños, más vulnerables a la calidad del aire que los adultos
Los niños respiran dos veces más rápido (1) que los adultos. Por lo tanto, si tenemos en cuenta su peso, podemos afirmar que los niños inhalan más aire que un adulto y sufren un mayor impacto de la contaminación del aire, especialmente porque su sistema inmunológico y respiratorio aún está en desarrollo.
Resultan escasos los centros educativos que se preocupan por la calidad de aire interior que respiran tanto alumnos como personal docente y de mantenimiento. La realidad es que, en muchos de estos establecimientos, la concentración de CO2 registrada es demasiado alta y está provocada por una ventilación insuficiente.
Por ejemplo, en algunos países europeos, hasta el 66 % (2) de los alumnos está expuesto a niveles de CO2 superiores a 1000 ppm, a pesar de que numerosos estudios subrayan la importancia de contar con una buena calidad del aire en este tipo de establecimientos para combatir el impacto negativo de una mala calidad de aire interior en la salud y, también, en el rendimiento académico. Afortunadamente, cada vez son más los padres que se muestran sensibles a esta situación y que tienen en cuenta las condiciones ambientales de los centros educativos a los que acuden sus hijos.
En 2021, la exigencia está fijada en 1000 ppm. Pasado este umbral, se considera que existe un deterioro significativo de la calidad del aire en los establecimientos, con serias consecuencias para la salud y la capacidad de concentración y la correspondiente degradación de los locales.
(1) Fuente: Clear the air for Children, Unicef, 2016
(2) Fuente: School air quality related to dry cough, rhinitis and nasal patency in children, Simoni et al., 2010
La calidad del aire interior en colegios, institutos y universidades: una cuestión normativa
Al igual que ocurre con los adultos, los niños también pasan alrededor del 90 % de su tiempo en espacios interiores, en su mayoría centros educativos.
En España, la normativa aplicable en cuestión de calidad de aire interior para edificios no residenciales es la UNE-EN 13779:2008, elaborada por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), que establece los requisitos de prestaciones de sistemas de ventilación y acondicionamiento de recintos.
Las exigencias incluidas en esta norma se aplican al diseño y la ejecución de los sistemas de ventilación y acondicionamiento de aire para edificios de uso no residencial con ocupación humana. Y, principalmente, a los sistemas de ventilación mecánica de simple y doble flujo.
El conjunto de especificaciones, requisitos y ámbitos de aplicación que recogen estas normativas pueden resultar complejos a la hora de ponerlos en práctica. Y, cuando se trata de mejorar la calidad del aire interior en las aulas utilizando sistemas de ventilación mecánica controlada, es importante tener en cuenta las características del centro, la finalidad específica de cada espacio y los datos relativos a su ocupación.
Por ello, en Aldes ponemos nuestra experiencia al servicio de los profesionales del sector de la construcción para ayudarles a cumplir con estas exigencias y garantizar una instalación adecuada de estos sistemas de ventilación que proporcione un entorno saludable a sus ocupantes finales.
¿Resulta eficaz abrir las ventanas para purificar el aire?
En contra de las creencias habituales, una ventilación natural o, lo que es lo mismo, abrir las ventanas de las aulas unos minutos al día, no es suficiente para mejorar la calidad de aire interior.
A la hora de renovar el aire, es importante crear corrientes de aire que recorran el mayor espacio posible, es decir, que provengan de ventanas situadas a cada extremo de la sala para asegurarnos de que estamos expulsando el aire viciado. Sin embargo, este método tradicional está sujeto a factores como la climatología, el viento o el ruido, que impactan en el confort térmico y acústico de los ocupantes.
Por ello, instalar una solución de ventilación mecánica controlada en los centros educativos puede resultar una solución adecuada si buscamos mejorar la calidad del aire interior, extraer la humedad y reducir la concentración de CO2 en el aire, todo ello evitando cambios bruscos de temperatura y garantizando el bienestar de alumnos y profesores.
Sus resultados están demostrados: la instalación de una solución de ventilación en un aula puede aumentar el rendimiento de los alumnos hasta en un 12 % o, lo que es lo mismo, el equivalente a un año académico*. Además, numerosos estudios han puesto de manifiesto que los alumnos de las escuelas equipadas con un sistema de ventilación doble flujo obtienen mejores resultados que los alumnos de las escuelas que optan por una ventilación natural en sus establecimientos: una ventilación adaptada en un aula puede mejorar la memoria de los niños hasta en un 15 %**.
En la actualidad, el 90 % de las aulas no se ventilan correctamente, por lo que cada día, alumnos, profesores y personal de mantenimiento, respiran un aire viciado cargado de contaminantes, virus y humedad que provoca consecuencias negativas en su salud y, en el caso de los alumnos, además, influye en su rendimiento y capacidad de aprendizaje. Conseguir un aire más sano y purificado cada 8 minutos con hasta un 99 % de las partículas contaminantes filtradas es posible gracias a los sistemas de ventilación mecánica controlada.
* The relationship between classroom air quality and children’s performance in school, Wargocki, Pawel & Perras-Salazar, Jose & Contreras, Sergio (2019).
** Source Ventilation rates in schools and pupils’ performance; Bakó-Biró et al., 2011.